IX

En una hora sale el micro para Bangkok, justo desde aca, desde la playa continental. Hay tiempo de comer y fumar un cigarrillo mirando el mar desde una reposera. El tipo de los problemas motrices se acerco y me saludo. Tenia una deformidad en la cadera y una pierna mas corta, usaba muletas. Le arrime una silla porque pense que le iba a ser dificil usar las reposeras de tela. Se llamaba Paul, era ingles y vivia en las islas, por eso no lo afecto el viaje en barco, comento. Tambien conocia bien Bangkok asi que le pregunte sobre algun hotel barato cerca de Kao San pero en alguna calle mas tranquila. Me hablo de una pension frente al rio por 20 pesos. Saque el mapa y me explico el camino y me marco la hubicacion con una lapicera.

Por fin llegue al hotel y me puedo sentar en el lobbie bajo un ventilador. Es el hotel que sugirio Paul. Es perfecto, gracias chaval! Esta a cinco cuadras de Kao San, en una calle lateral a una avenida. No es una calle realmente sino una vereda estrecha y el rio corre en lugar de coches.
El hotel esta frente al rio... no un rio de agua corriente y cristalina sino un rio cuyos afluentes son la mierda de los millones de culos que viven por aca, calle sucia en la rivera, puestos callejeros de comida, botellas vacias, bagabundos meando, casas flotantes que dejan caer sus desperdicios al agua descuidadamente. Una orda de cucarachas nos invade. Entran corriendo por la puerta, las ventanas, grietas en las paredes. Corren por el suelo, se suben a las mesas, se trepan a mi computadora. Mueven sus antenas de una manera oscilante, casi lasciva. Las pateo con el dedo y salen volando por el aire. Traen un mensaje. Nos susurran que vamos a desaparecer, que todos nosotros nos vamos a ahogar en nuestra propia mierda, y mucho despues que todos hayamos muerto y nadie nos recuerde ellas van a seguir aca, correteando por el mundo. Un ruso de barba rojisa protesta por las asquerosas invasoras. Las chinas se rien, yo me rio... nosotros somos los que realmente damos asco, las cucarachas son angeles negros, eraldos de nuestra muerte que vienen de nuestra mierda para avisarnos que el fin esta cerca.